El acido clorhídrico es secretado por las células parietales ("que se hallan en las paredes") de las cavidades gástricas del cuerpo del estómago . Estas celulas tienen un número considerable de grandes mitocondrias, y sus membranas celulares están indentadas en la superficie luminal, formando de esta manera diminutos canales (canaliculos) intracelulares que penetran profundamente en la célula. Los canaliculos amplian en gran manera el área de superficie de la célula, disponible para la secreción, y su distribución intracelular los coloca en estrecha asociación con los mitocondrias que producen la ATP (adenosina trifosfato) necesaria para el manejo de los sistemas de transporte activo, implicados en la secreción de los ácidos. Se desconoce el mecanismo molecular de la secreción de ácidos. Los iones hidrogeno deben desplazarse contra un elevado gradiente de concentración, siendo la concentración de iones hidrogeno del lumen del estómago hasta 3 millones de veces mayor que la de la sangre. Los iones cloruro son transportados en forma activa pero contra un gradiente de concentración mucho menor, ya que su concentración es en el lumen del estómago sólo 1,5 veces la de la sangre aproximadamente. Los dos iones parecen ser transportados en forma activa por bombas diferentes de la membrana luminal de la célula parietal. La enzima anhidrasa carbónica, similar a la enzima de los glóbulos rojos, se halla presente en la mucosa gástrica, y de ella se cree que está comprometida en la secreción del Ácido, probablemente a través de la vía general.
Control de la secreción gástrica
Las secreciones estomacales de ácidos y enzimas varían generalmente en forma paralela. La mayoría de los factores, descritos más adelante, que estimulan la secreción del acido, estimulan asimismo la secreción enzimática.
Cuando no hay alimento en el estomago, la secreción acida ocurre a una tasa basal aproximada de 0,5 mi/ min. Después de una comida aumenta considerablemente la tasa de secreción acida, llegando a valores máximos de 3 ml/ min aproximadamente. La Figura 12 14 ilustra el aumento característico que se presenta en la secreción acida después de una comida, y su caída después de un periodo de horas. Por razones que explicaremos a continuación, la concentración del acido estomacal disminuye inmediatamente después de una comida, y se eleva luego al declinar la tasa de secreción acida.
Fase cefálica El aumento de secreción ácida empieza aun antes de llegar el alimento al estómago. Esto se denomina fase cefálica de la secreción gástrica. La vista, el olfato, y el gusto contribuyen todos a la estimulación, mediando en ello las fibras nerviosas parasimpáticas que van al estómago a través del nervio vago. Los factores del sistema nervioso central diferentes de los que normalmente se asocian con el proceso de la comida (tales como las emociones) pueden estimular asimismo la secreción a través de esta vía.
Fase gástrica El alimento que se hace llegar al estómago directamente a través de un tubo provoca un aumento en la secreción ácida y enzimática, dependiendo la cantidad, de la composición química del alimento y de su volumen. La estimulación química de la secreción gástrica tiene la mediación de una hormona, la gastrina, liberada por células localizadas en las paredes del segmento terminal del estómago.
La gastrina es la tercera de las hormonas gastrointestinales principales y, como la secretina y la CCQ, tiene múltiples sitios de acción a través del sistema gastrointestinal. Por ser los últimos cinco aminoácidos de la CCQ idénticos a los de la gastrina, unos y otros son capaces de ligarse a los mismos sitios receptores del tracto gastrointestinal; por lo tanto, la CCQ presenta una actividad débil de apariencia de gastrina, y la gastrina tiene una actividad débil de apariencia de CCQ. Sin embargo, puesto que la afinidad de las hormonas respecto de un sitio receptor dado es determinada por los aminoácidos restantes de sus estructuras respectivas, la magnitud de la respuesta producida en cualquier sitio difiere de la una a la otra. Por ejemplo, como veremos, la CCQ es respecto de la secreción pancreática, un estimulante más fuerte que la gastrina.
Además de la capacidad de estimular la secreción estomacal de ácido clorhídrico, la gastrina tiene también la de estimular la contracción del músculo liso del esfinter gastroesofágico. En esta forma, al mismo tiempo que la gastrina está estimulando la secreción ácida, ayuda a impedir la entrada del ácido al esófago. Los pacientes a quienes se les ha extrañado la parte inferior del estómago (por ejemplo, por razón del cáncer), tienen a menudo un aumento de incidencia de aceda (irritación del esófago causada por el ácido) a causa de la pérdida de gastrina y de su capacidad de mantener cerrado el esfinter esofágico.
El principal estímulo químico para la liberación de gastrina es la presencia de proteínas en el alimento que entra al estómago. La proteína intacta es, sin embargo, mucho menos efectiva que los fragmentos de péptidos producidos por la acción de la pepsina en estas proteínas. Además, el alcohol y la cafeína (presente en el café, té, y bebidas de cola) son estímulos de gran poder, respecto de la liberación de gastrina y, por lo tanto, de la secreción ácida. Un coctel que preceda al almuerzo, y un plato de sopa, o sea, caldo de proteínas, que anteceda al plato principal, estimulan ambos la secreción ácida y preparan el estómago para la comida de fondo. Por otra parte, la ingestión de grandes cantidades de alcohol y café, en ausencia de alimento, produce una secreción de ácido muy concentrada que puede irritar los tapizados del esófago, estómago y duodeno. Además de estos estímulos químicos, se libera asimismo gastrina, en respuesta a la estimulación de las fibras parasimpáticas de los nervios del vago que van al estómago.
Las hormonas que estimulan la secreción son :
- Gastrina
- Histamina
- Acetilcolina (estimulación vagal)
Las hormonas que inhiben la secreción son:
- Prostaglandinas
- Somatostatina
- Secretina y Péptido YY